La Respiración Consciente es una técnica de autocuración que ayuda a las personas a acceder a todo el potencial de su sistema respiratorio para un mejor bienestar físico, emocional y mental.
El patrón conectado de respiración consciente es una técnica natural, segura y fácil de aprender.
Como seres humanos, mantenemos tensión dentro de nuestros cuerpos y, al hacerlo, creamos bloqueos físicos, mentales y emocionales. Esta técnica ayuda a liberar los bloqueos y transformar tu vida y energía.
A menudo es un malestar emocional o mental lo que causa restricciones respiratorias, porque nuestra tendencia es contener la respiración como reacción a sentimientos abrumadores.
No todo el mundo tiene el mismo patrón de respiración, sino todo lo contrario: todos somos únicos. Considera estas estadísticas: el 70% de nosotros no utilizamos la respiración en toda su capacidad y, de hecho, la mayoría de nosotros sólo utilizamos el 33% de nuestra capacidad respiratoria. La respiración consciente nos ayuda a abrir completamente nuestro sistema respiratorio, algo que el cuerpo tiene dificultades para hacer si la respiración está restringida. En estos casos suelen surgir dolencias físicas, mentales y emocionales, como estrés, ansiedad y falta de energía.
Durante los tratamientos, se enseña a las personas a utilizar una respiración diafragmática completamente conectada, que masajea los diversos tejidos y órganos que rodean el diafragma. La respiración del cliente se controla de cerca y se le indica dónde está restringiendo su respiración. Luego, esto nos indica dónde puede haber algún bloqueo, se los ajusta suavemente a su posición de práctica de respiración mientras se aplican técnicas como acupresión, sonido, movimiento y afirmaciones positivas para ayudar a que la respiración se abra y fluya más libremente.
La respiración consciente ayuda a que estos bloqueos se dispersen e integren de forma segura, fomentando una mayor sensación de bienestar y un estado mental más equilibrado y armonioso. Al practicar la respiración consciente con frecuencia, la respiración pronto se vuelve menos restringida y, junto con los beneficios físicos de un flujo de energía más libre por todo el cuerpo, las personas también desarrollan una mejor salud mental y emocional.
La respiración consciente es fácil de aprender y puede resultar beneficiosa para personas de todas las edades, desde la infancia hasta la vejez.
En sólo algunas sesiones podrás aprender a utilizar esta técnica como una herramienta para toda la vida. Muchas personas han descubierto un estado ampliado de conciencia a medida que mejoran su proceso respiratorio. Tu vida puede abrirse y volverse más plena a través de la respiración consciente.
Cada cultura en la historia del mundo ha reconocido, de una forma u otra, la existencia de una energía de fuerza vital en el cuerpo humano. Los indios lo llaman prana, los chinos lo llaman chi y los japoneses lo llaman ki. En Occidente se le llama electricidad humana. Esta energía se puede alcanzar y expresar de diferentes maneras, por lo que cada cultura la interpreta de manera ligeramente diferente. Por ejemplo, prana y chi, además de significar “energía”, también significan “respiración”, porque se puede generar energía practicando ejercicios de respiración.
Durante miles de años, los humanos hemos comprendido que la respiración tiene una poderosa influencia sobre nuestro bienestar fisiológico y psicológico. Pero a muchas personas todavía les resulta difícil comprender el vínculo entre la respiración y su impacto en la fisiología de nuestro cuerpo y los niveles de estrés. Las investigaciones han demostrado que la forma en que respiramos tiene un efecto poderoso sobre el estrés que sentimos. Cuando nos sentimos estresados, uno de los cambios fisiológicos que se producen es la activación del sistema nervioso simpático (respuesta de lucha/huida) y un aumento inmediato de la respiración, que pasa de una respiración abdominal lenta a una respiración torácica más rápida y superficial. Esta es una respuesta normal y saludable a corto plazo. Sin embargo, si activamos constantemente el sistema nervioso simpático a lo largo del día, habitualmente empezamos a respirar de forma más corta y superficial con la parte superior del pecho, aunque el estrés haya pasado. El peligro es que este estilo de respiración envía señales al cerebro de que estamos bajo estrés, cuando en realidad puede que no estemos bajo estrés en absoluto.
BENEFICIOS DE LA RESPIRACIÓN CONSCIENTE
La respiración aumenta la energía: El oxígeno es el recurso natural más esencial que necesitan nuestras células. Podemos pasar hasta 40 días sin comer y tres días sin agua, pero podemos morir después de unos minutos de no respirar. Desde un punto de vista puramente físico, la respiración es igual a la vida.
La respiración consciente desintoxica y fortalece el sistema inmunológico: Alrededor del 70% de nuestras toxinas se liberan de nuestro cuerpo a través de la respiración. El dióxido de carbono es un producto de desecho natural del metabolismo de tu cuerpo. Respirar profundamente ayuda a los sistemas del cuerpo a procesar esto de manera más eficiente.
La respiración fortalece el sistema linfático: El sistema linfático depende de la gravedad, el movimiento de los músculos y la respiración para seguir fluyendo y poder limpiar el cuerpo. La respiración profunda puede desempeñar un papel importante en la protección del cuerpo de bacterias, virus y otras amenazas a nuestra salud.
La respiración consciente ayuda a sistema respiratorio: Respirar profundamente ayuda a liberar la tensión en el diafragma y los músculos respiratorios primarios, aliviando muchos problemas respiratorios a largo plazo, como el asma y la dificultad para respirar. Abre el pecho, liberando la tensión dentro de los músculos intercostales y alrededor de la escápula, los músculos erectores de la columna y el trapecio, lo que permite una postura más relajada.
La respiración libera la tensión muscular: Cuando estamos estresados o experimentamos sentimientos incómodos como ira o dolor, nuestra respiración se vuelve superficial y nuestros tejidos musculares se contraen. La respiración profunda ayuda a liberar esto.
La respiración calma el sistema nervioso: La respiración profunda activa el sistema nervioso parasimpático, llevándonos a un estado de relajación. Funciona de manera opuesta al sistema nervioso simpático, que estimula las actividades asociadas con la respuesta de lucha o huida.
La respiración fortalece el sistema linfático: El sistema linfático depende de la gravedad, el movimiento de los músculos y la respiración para seguir fluyendo y poder limpiar el cuerpo. La respiración profunda puede desempeñar un papel importante en la protección del cuerpo de bacterias, virus y otras amenazas a nuestra salud.
La respiración afecta nuestro estado mental: La calidad de nuestra respiración ayuda a relajar la mente y mejorar la capacidad de aprender, concentrarse y memorizar. El cerebro requiere una gran cantidad de oxígeno para funcionar y una mayor ingesta de oxígeno nos ayuda a lograr claridad, sentirnos firmes y productivos. También alivia el estrés, la ansiedad, la depresión y los patrones de pensamiento negativos. Respirar adecuadamente puede ayudarnos a superar patrones de comportamiento adictivos y trastornos alimentarios, además de encender la creatividad y la pasión.
La respiración mejora nuestro sistema digestivo: Una respiración más profunda produce un aumento del flujo sanguíneo en el tracto digestivo, lo que estimula la acción intestinal y mejora la digestión general, aliviando el síndrome del intestino irritable y el estreñimiento. Además, una respiración más profunda da como resultado un sistema nervioso más tranquilo, lo que a su vez mejora la digestión óptima.
La respiración también mejora nuestro sistema cardiovascular: La respiración diafragmática profunda tonifica, masajea y aumenta la circulación al corazón, hígado, cerebro y órganos reproductivos. En un estudio de pacientes con ataque cardíaco, el 100% de los pacientes respiraban por el pecho y su respiración no implicaba expansión del diafragma ni del abdomen. Otro estudio encontró que los pacientes que sobrevivieron a un ataque cardíaco y que luego adoptaron un régimen de ejercicio y entrenamiento de respiración experimentaron una reducción del 50% en su factor de riesgo de otro ataque cardíaco durante los siguientes cinco años.
La respiración mejora el bienestar emocional: Nuestra respiración se puede utilizar para crear espacio para la claridad y una mente relajada. Al ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, podemos dormir mejor, sentirnos mejor con nosotros mismos y dejar de lado las emociones reprimidas, los patrones de comportamiento poco saludables y las heridas del pasado. Profundizar en la respiración puede ayudarnos a eliminar traumas pasados y bagaje emocional.
La respiración nos hace lucir más jóvenes: Es una verdad universal que una cara feliz es más bella que una estresada o enojada. Aún mejores noticias… ¡respirar profundamente ralentiza el proceso de envejecimiento al aumentar la secreción de hormonas antienvejecimiento! Al reducir el estrés, mejora nuestro estado de ánimo, elevando los niveles de serotonina y endorfinas. Un estudio de 2013 realizado por el departamento de psiquiatría de la Facultad de Medicina de Harvard demostró que las personas que meditan diariamente durante cuatro años tienen telómeros más largos (las tapas protectoras que se encuentran al final de los cromosomas) que aquellos que no lo hacen. Los telómeros cortos se han relacionado con el envejecimiento celular prematuro.
La respiración nos ayuda a abrirnos a una mayor conciencia: Una práctica de respiración regular crea paz y expande nuestra conciencia interior. Nos permite crear una conexión más profunda con nuestro yo y nuestra sabiduría interior. Podemos aumentar nuestra creatividad e inspiración y profundizar la práctica del yoga y la meditación.
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