Criar a un niño con TEA es una experiencia estresante y desafiante particularmente en países donde numerosos servicios de apoyo son limitados. La literatura indica que los cuidadores de niños con TEA a menudo experimentan problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, una peor calidad de vida y bienestar, y niveles más altos de estrés en comparación con los cuidadores de niños con un desarrollo típico y cuidadores de niños con otros trastornos infantiles como el síndrome de Down y / o el TDAH. Estudios previos revelaron que las madres de niños con TEA informaron una mayor angustia psicológica y carga de cuidado, problemas relacionados con la salud, niveles más bajos de resiliencia y problemas en diversas áreas de la vida familiar, incluidas las relaciones conyugales y entre hermanos y socialización familiar.
Un estudio realizado en la Universidad de Carolina del Norte (USA) sugiere que “las madres de niños con autismo pueden ser propensas a la depresión si se sienten responsables de la causa o resultado del trastorno de su hijo …”. El cincuenta por ciento de las madres con niños con autismo tenían puntuaciones elevadas de depresión, en comparación con el 15 al 21 por ciento en los otros grupos. Se encontró que las madres solteras de niños con discapacidades eran más vulnerables a la depresión severa que las madres que vivían en pareja.
¿Por qué las madres de niños autistas son más propensas a la depresión?
Las madres de hijos con TEA que sienten que nunca pueden hacer lo suficiente por ellos probablemente padezcan depresión.
Ciertamente, esa sensación de nunca ser lo suficientemente buena podría aumentar el riesgo de sufrir de depresión en algunos casos, la consejería individual para madres podría ser de gran ayuda.
Pero si bien los sentimientos de culpa e insuficiencia ciertamente están presentes en las madres, existen muchas más cosas que las mantienen preocupadas y estresadas. Las familias, incluso aquellas con niños en el extremo “superior” del espectro del autismo, enfrentan muchos otros problemas importantes que podrían conducir, como mínimo, a la frustración, la ira, la irritabilidad, la ansiedad y más.
Estos son algunos ejemplos que podrían aumentar el riesgo de experimentar depresión:
· Las madres que reciben un diagnóstico de autismo también están lidiando con la pérdida de muchas de sus expectativas sobre la maternidad. Al mismo tiempo, están perdiendo el “club de madres” que puede haberlas apoyado, desde intercambiar citas de juego y cuidado de niños con los vecinos hasta entrenar al equipo de futbol local.
- Puede ser difícil participar en una actividad social normal con un niño en el espectro del autismo.
- Puede resultar caro tratar a un niño con autismo. Algunas familias se endeudan para apoyar terapias que no cubre el seguro.
- Una madre con un hijo en el espectro del autismo puede terminar dejando los trabajos que disfruta (y los ingresos que necesita o desea) para cuidar a un niño/a en el espectro.
- Muchos niños con autismo tienen dificultades para dormir y mantienen a sus padres despiertos toda la noche.
- Es casi seguro que las madres que tienen que luchar contra el sistema educativo y las agencias estatales de salud mental por cualquier tipo de servicios apropiados para sus hijos, se encuentren con problemas y circunstancias que son inaceptables, pero sobre las cuales tienen poco control.
- A medida que los niños con autismo crecen, las madres a menudo se enfrentan a la jubilación con total responsabilidad personal y financiera por un hijo adulto que depende de ellos para todo.
Algunas cosas que puedes hacer para aliviar la tensión emocional que implica ser madre de un hijo/a autista
¿Qué puede hacer una madre frente a tantos aspectos negativos? Hay varias opciones de acción. Si bien ninguno cambiará la verdad subyacente de que el autismo llegó para quedarse, muchos pueden ayudar a las madres a sobrellevar mejor la tensión emocional.
- Busca apoyo entre padres de niños con autismo con ideas afines.
- Busca cuidado de relevo, para que tú y tu pareja si la tienes puedan salir juntos y disfrutar de un merecido descanso.
- Busca ayuda profesional de un terapeuta con experiencia en el trabajo con familias con necesidades especiales.
- Practica Mindfulness (Atención Plena). Te ayudará a volver a estar en contacto contigo misma y a guardar la calma en momentos difíciles
- Intenta llevar un diario para aliviar tu estrés.
- Reduce los costos de terapias eligiendo tratamientos de bajo costo y bajo riesgo para tu hijo/a con autismo. No siempre lo más caro es lo mejor.
- Quizás lo más importante de todo es que sepas que estás haciendo lo mejor que puedes por tu hijo/a con autismo. En lugar de atormentarse con “qué pasaría si”, tómate un momento para disfrutar de tu hijo/a.
Como madre de una hija con TEA y después de afrontar una gran tormenta emocional no solo en mi vida familiar sino también social y profesional, me puedo identificar con muchos de los puntos arriba mencionados. También puedo dar fe de lo maravilloso y eficaz que fue introducir la práctica de Atención Plena en mi vida ya que no solo me ha ayudado a mi como mujer y madre sino a toda mi familia.
Te invito a informarte más sobre el programa de Mindfulness para Madres aquí.
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Con Amor